miércoles, 22 de abril de 2009

Obrera de la fábrica de alas

Érase una mujer llamada Engracia que carecía de cualquier tipo de habilidad... Su propia familia afirmaba que su torpeza era como poco superlativa, y tal característica era conocida por todos los habitantes del pueblo. La gente acabo por llamarla "Desgracia" en lugar de "Engracia"... Por supuesto, Desgracia se sentía muy desgraciada...
Cosas tan simples como atarse los zapatos o comer sopa con cuchara se convertían en un calvario... Un día, un señor con un sombrero de copa muy muy alto y unos bigotes muy muy largos, que daban la vuelta a la calle, llamó al timbre de su casa y le ofreció trabajo en su fábrica. La fábrica estaba situada en un edificio abandonado en una zona industrial de las afueras... y en ella se fabricaban alas...